En la actualidad, existen varios estilos principales de tai chi:
Chen. Es el estilo más antiguo de tai chi y el que más se asemeja a un arte marcial. Además de movimientos suaves y lisos, también incluye saltos, elementos explosivos y patadas y puñetazos. A diferencia de los otros tipos, el Chen proporciona ejercicio cardiovascular y lo practican más a menudo los jóvenes.
Yang. El estilo más popular, que incorpora movimientos amplios y majestuosos. Carece de saltos y de técnicas rígidas de brazos y piernas, por lo que el estilo es adecuado para personas de todas las edades y capacidades.
Wu (Wu). El segundo estilo más popular de tai chi. Incluye desviaciones del cuerpo de la línea central. Mientras el cuerpo se dobla y se desdobla, la pierna trasera sirve para mantener el equilibrio. Los movimientos del estilo Wu son de menor amplitud que los de las formas Yang.
Sol. Incluye una combinación de diferentes estilos de tai-chi y elementos de artes marciales. El estilo se caracteriza por un juego de pies único y suaves movimientos circulares con las manos.
Para los principiantes, las variantes Yang y Wu son las más adecuadas; también son las que más se enseñan en las escuelas y gimnasios rusos. Estos estilos suponen un esfuerzo mínimo para los músculos y las articulaciones. Si busca algo más activo, elija el estilo Chen: le ayudará a aumentar la fuerza de las piernas, mejorar el estiramiento y aumentar la resistencia de su cuerpo.
Qué se necesita para practicar tai chi
Esta práctica no requiere equipamiento ni ropa especial. Basta con encontrar ropa cómoda que no constriña los movimientos. Se pueden quitar los zapatos y practicar descalzo o encontrar zapatillas suaves y antideslizantes con suelas finas que no restrinjan el pie.
Lo mejor es empezar a dominar la práctica con un entrenador que te ayude a aprender las formas y controle su correcta ejecución y respiración. Si no hay cursos en tu ciudad o quieres dominar la práctica solo, intenta estudiar en vídeos instructivos.
Cómo practicar tai-chi en casa
Las formas de tai-chi de los distintos estilos pueden diferir entre sí por el nombre o el método de ejecución, pero todas comparten los principios básicos: movimientos suaves y continuos, control de la respiración y posición del cuerpo. Por regla general, el entrenamiento comienza con un calentamiento, que ayuda a templar los músculos y a crear el ambiente necesario para la sesión.