Aunque el color saturado artificialmente era la norma en la época entre los planetólogos -y las imágenes se publicaban con leyendas explicativas-, esta distinción se ha ido perdiendo con el tiempo.
Patrick Irwin
Ahora, científicos de Oxford han logrado averiguar el verdadero color de Neptuno, el planeta más lejano del sistema solar. Para ello han utilizado el Espectrógrafo de Imágenes del Telescopio Espacial Hubble (STIS) y el Explorador Espectroscópico Multibloque del Very Large Telescope.
Los científicos utilizaron los datos de cada telescopio para determinar de forma independiente los verdaderos colores de Neptuno y Urano, y luego aplicaron esta información para volver a procesar las imágenes de Voyager 2. El resultado era predecible: Neptuno es mucho más brillante de lo que siempre se había pensado, con un color muy similar al de Urano. La principal diferencia es que Neptuno es ligeramente más azul, lo que probablemente se deba a una capa más fina de neblina atmosférica.
Las nuevas observaciones también han resuelto otro misterio: por qué Urano cambia ligeramente de color durante su año, que dura 84 años terrestres. En el solsticio, cuando uno de sus polos está orientado hacia el Sol, el planeta aparece ligeramente más verde. Y en el equinoccio, cuando el ecuador está orientado hacia el Sol, Urano aparece un poco más azul.
Esto se debe a la inusual orientación del planeta. Está inclinado lateralmente, de modo que su eje de rotación es perpendicular al plano de la órbita del sistema solar. Hay mucho menos metano en los polos que en el ecuador, lo que cambia la forma en que el planeta refleja la luz solar, ya que el metano absorbe las longitudes de onda rojas.