2. ¿Evitas los problemas?
La “paradoja de la intimidad” persiste cuando la pareja intenta esconder los problemas bajo la alfombra en lugar de llegar a la raíz del problema y solucionarlo.
Intentar mantener la intimidad evitando por completo los conflictos sólo crea más problemas y lleva a la pareja a afrontar mal el estrés. Esto afecta no sólo a la relación, sino también al estado de cada miembro de la pareja y suele ser el resultado del miedo a ser rechazado. Sin embargo, simplemente es necesario tolerar la incomodidad de expresar los sentimientos, ya que esto permite satisfacer las necesidades y acerca el problema a la resolución.
Además, la pareja puede evitar la insatisfacción en otras áreas de la vida trasladando los sentimientos de aburrimiento y estancamiento a su vida personal. Puede que algunas cosas que son importantes para uno de los miembros de la pareja se ignoren en la comunicación, lo que lleva a una ruptura de la comunicación y a conversaciones repetitivas. La curiosidad mutua, aunque la pareja lleve mucho tiempo junta, ayuda a evitar malentendidos y refuerza el vínculo.
3. ¿Das a tu pareja por sentada?
El valor de una relación a veces se ve ensombrecido por su monotonía. Tomar conscientemente decisiones diarias a favor de la pareja y cambiar la perspectiva de “necesito trabajar en la relación” a “tengo suerte de estar con esta persona” son pasos importantes para devolver a la relación la emoción y el aprecio por el privilegio de estar juntos.
Además, ser sensible a las necesidades, emociones y deseos de la pareja fomenta una conexión emocional sostenida en la que ambos se sienten escuchados y valorados. Esto elimina los sentimientos de aburrimiento y desconexión. Compartir las buenas noticias y los buenos momentos, celebrar las victorias de cada uno también crea un sentimiento de aprecio y respeto mutuos.
Por último, es útil planear algo guay juntos, como un viaje o una cita. Puede parecer que la planificación contrarresta la espontaneidad, pero en realidad crea un entorno más propicio en el que la pareja disfruta del momento sin prisas. La planificación consciente fomenta el autodesarrollo y hace que la pareja se reencuentre.