¿A quién puede perjudicar el psilio?
Aunque el psilio se considera un suplemento seguro, existen algunas condiciones en las que debe tomarse con precaución:
Alergia al psilio – en este caso, pueden aparecer erupciones cutáneas, picores;
Problemas de deglución o constricción intestinal – el denso gel que se forma puede provocar la obstrucción de la luz intestinal o de la garganta;
diabetes – el psilio reduce los niveles de glucosa en sangre, por lo que las personas que toman medicación para la diabetes pueden sufrir una bajada excesiva de azúcar;
problemas renales – la cáscara fija el agua y la excreta más rápidamente, por lo que si la capacidad de filtración de los riñones se ve afectada junto con el psilio, es importante consumir más líquidos a lo largo del día.
También conviene recordar que el psilio, como cualquier otra fibra, puede provocar gases e hinchazón abdominal.
También puede afectar a la absorción de ciertos medicamentos. Entre ellos se incluyen, por ejemplo, los suplementos de hierro, el litio, así como algunos antiepilépticos, fármacos cardiovasculares y neurolépticos.
Cómo añadir psilio a la dieta
Si tomas mucha fruta y verdura en tu dieta (al menos 400 g al día), no tienes que preocuparte por la fibra. Sin embargo, si no estás seguro de estar ingiriendo la cantidad suficiente, tiene sentido considerar el uso de psilio en polvo o en cápsulas.
Para obtener el máximo efecto, se recomienda beber al menos 200 ml de agua al tomar el suplemento, ya que la falta de psilio líquido puede provocar coágulos en los intestinos.
Y, por supuesto, antes de empezar a tomarlo, es mejor consultar con un médico general o gastroenterólogo. Especialmente si ya padece alguna enfermedad intestinal.
Recuerde también: el psilio no debe administrarse a niños menores de 6 años sin la consulta de un pediatra. También debe consultar a un médico si está embarazada o en periodo de lactancia. Un especialista le ayudará a elegir la dosis óptima.